Iniciamos este viaje el jueves 24 de marzo de 2016, por delante teníamos 1840 km que nos llevarían durante cinco días, desde las costas almerienses y sus revirados y recónditos pueblos de interior, hasta la Alpujarra granadina con sus blancos pueblos y sus divertidas carreteras que de forma sinuosa se desplazan a uno y otro lado de la Alpujarra.
Jueves 24 de marzo. Pinto (Madrid) -Mojácar (Almería).
Poco después de las nueve de la mañana, empezamos a disfrutar de este primer viaje inaugural de la RT, de nuestro indicador de rutas, Navigator V (prometo realizar un pequeño tutorial de como utilizarlo), de nuestras maletas interiores (las cuales pudimos comprobar que se adaptan a las maletas a la perfección), de nuestras recién compradas chaquetas Alpinestar Bogotá...
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Primera parada técnica |
El trayecto de Ocaña a la Roda lo hicimos por una divertida carretera N-301 sin apenas circulación, no complicándose la marcha hasta unos 30 Km antes de llegar a Murcia.
Como punto para descansar y tomar algo, habíamos marcado en el navegador el Puerto de Mazarrón, así que fielmente conducidos nos adentramos en la población y estacionamos frente al puerto deportivo, cualquier bar de la zona podía servir para este menester.
Mojácar, forma parte de uno de los pueblos más bonitos de España y es fiel exponente de los típicos pueblos andaluces, perfectamente encalado y pronunciadas cuestas (sólo por este viaje ya está bien pagado el suplemento de arranque en pendiente que lleva la RT). Sus calles estrechas invitan a perderse por las mismas y a visitar sus innumerables tiendas de souvenir, bares y restaurantes, como la Taberna donde pudimos degustar una exquisita ensaladilla rusa.
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Vistas desde el Restaurante la Muralla y calles de Mojácar. |
Viernes 25 de marzo. Mojácar-Mojácar.
Hoy como en el flamenco se diría, íbamos a tocar todos los palos, la ruta que nos habíamos propuesto discurría desde los paisajes marineros a pie de playa a las carreteras de trazados serpenteantes que unen Nijar, Lucainena de las Torres y Sorbas, poco más de 30Km que nos iban a llevar más de una hora larga camino.
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En total unas 10 horas de moto. |
Tras un contundente desayuno en Casa Justa, lugar en el que nos hospedamos durante nuestra estancia en Mojácar, pusimos rumbo a Carboneras, pero a los pocos kilómetros de haber salido de nuestro punto de partida, no nos quedó más remedio que parar y contemplar las vistas que se nos ofrecía.
La temperatura empezaba a subir y no pasamos de Carboneras, cuando tuvimos que detenernos otra vez y despojarnos de las capas interiores de las chaquetas.

Después de Carboneras vino Agua Amarga, pueblecito de pescadores enclavado en pleno Parque Natural de Cabo de Gata que, sin duda, bien hubiera valido otra parada (cuántos lugares, parajes y emplazamientos sin detenernos, una sola de las rutas fácilmente se podría haber llevado los cinco días del viaje). Aquí tomamos una carretera (AL-5106) que nos llevaba hacia el interior, para volver a retornar por la AL-3106 hacia la costa y encontrarnos con la pequeña localidad de Las Negras, donde nos tomamos una cervecita para apaciguar el calor, en el bar Aurora.
En La Isleta del Moro, otro pequeño y singular pueblecito antaño de pescadores, pudimos comprobar lo concurrido del lugar, autocaravanas a la entrada del pueblo, turistas recorriendo su pequeño mercadillo, cursos de buceo, bañistas disfrutando de un sol de justicia y hasta una concentración de Vespas.
El siguiente destino era San José y aquí de nuevo el navegador nos tuvo jugando un poquito, para que no nos aburriésemos, pero al fin, conseguimos llegar a su puerto deportivo y descansar un poco, mientras nos comíamos, en uno de sus restaurantes, una parrillada de pescado.
Sin tiempo para tomar café, nos pusimos en marcha dirección Cabo de Gata para poder disfrutar de la belleza de sus playas y las vistas desde su faro.
La subida al faro, sin presentar mucha dificultad por el firme de la calzada, si que se debe de hacer con cuidado, sobre todo por la gran afluencia de coches, caravanas y autobuses que se desplazan hasta sus puertas.

Desde este punto, volvimos a el pueblo de Cabo de Gata, donde en su paseo nos tomamos un café y disfrutamos de los últimos rayos del sol de la tarde.
Nuevo enfrentamiento con las decisiones del navegador, pero no nos quedaba más remedio que fiarnos de él, al final volvió a tener razón y en poco más de cuarenta minutos nos encontrábamos por Nijar, antesala de lo que sería una bonita subida hacia Lucainena de las Torres por la AL-102 (19 Km y según el navegador 1 hora).
El tiempo iba corriendo en nuestra contra y la claridad del día se iba disipando conforme nos íbamos acercando a Sorbas, último punto de referencia de nuestra ruta, antes de finalizar en Mojácar, donde llegamos ya con la noche como compañera.
Sábado 26 de marzo. Mojácar-Dúrcal.
Ni el navegador sabía lo que le esperaba hoy. Después de cargar nuevamente la moto con todo el equipaje, nos ponemos en camino hacia Dúrcal, nuestro próximo lugar de hospedaje en tierras granadinas.
Tras recorrer un pequeño tramo de la A-7, dirección Almería (esta vez sin pagar), cogimos el desvío hacia Sorbas por la N-340a, compartiendo la carretera con numerosos grupos de ciclistas, hasta que nos encontramos con el desvío hacia Velefique (AL-3102) y esto ya era otra cosa...
Playa Almadraba de Monteleva (Cabo de Gata) |
Faro de Cabo de Gata |
Desde este punto, volvimos a el pueblo de Cabo de Gata, donde en su paseo nos tomamos un café y disfrutamos de los últimos rayos del sol de la tarde.
Nuevo enfrentamiento con las decisiones del navegador, pero no nos quedaba más remedio que fiarnos de él, al final volvió a tener razón y en poco más de cuarenta minutos nos encontrábamos por Nijar, antesala de lo que sería una bonita subida hacia Lucainena de las Torres por la AL-102 (19 Km y según el navegador 1 hora).
El tiempo iba corriendo en nuestra contra y la claridad del día se iba disipando conforme nos íbamos acercando a Sorbas, último punto de referencia de nuestra ruta, antes de finalizar en Mojácar, donde llegamos ya con la noche como compañera.
Sábado 26 de marzo. Mojácar-Dúrcal.
Ni el navegador sabía lo que le esperaba hoy. Después de cargar nuevamente la moto con todo el equipaje, nos ponemos en camino hacia Dúrcal, nuestro próximo lugar de hospedaje en tierras granadinas.
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El destino final es Dúrcal, a 17 Km de Lanjarón. |
El conocido como Alto del Velefique tiene unos 13 Km de ascenso, una altitud máxima de 1860m, con una pendiente media del 7,95% y una pendiente máxima superior al 11%, ¿Esto qué quiere decir? Pues que en la práctica mayoría de sus curvas (de 180º) es necesario tirar de la moto de donde sea (quien es motero me entiende) y solo la RT ya tiene un peso de 270 Kg; eso sí, es un tramo que no te puedes perder si se te ocurre dejarte caer por estos lugares, simplemente IMPRESIONANTE, aunque solamente lo hagas una vez en la vida.
Misión cumplida. |
Seguimos por la A-1178 hasta Gérgal, simplemente 24 Km espectaculares, buena carretera, curvas que enlazaban perfectas "S" y una sensación de ir esquiando con la moto sobre el buen asfalto que nos acompañó hasta Abla, punto de parada para reponer fuerzas y sofocar el calor.
Desde aquí, por una carretera en muy buen estado (AL-3404) y con todo tipo de curvas, atravesamos la Alpujarra hasta Ohanes, para después recorrer la Alpujarra baja por la A-348 que nos iría pasando por Beires, Fondón, Alcolea, Cádivar y Torvizcón, dejando esta carretera a la altura de Los Tablones y cogiendo la A-44 que nos llevaría a nuestro punto de destino, Dúrcal y su casa rural Molino del Puente.
Domingo 27 de marzo. Dúrcal-Dúrcal.
O lo que es lo mismo, La Alpujarra en estado puro; paisajes montañosos, pequeños pueblos blancos, profundos valles y barrancos que dominan el paisaje desde la Puerta de La Alpujara, como así se conoce al pueblo de Lanjarón y el Puerto de la Ragua con sus 2000 metros de altitud, para continuar por la Alpujarra Alta y llegar hasta la estación de esquí de Sierra Nevada.
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Inicio y final en Dúrcal. |
Bien hubiera merecido la pena perder unos minutos en visitar alguno de sus monumentos o beber de alguna de sus numerosas fuentes, pero Lajarón estaba literalmente tomado por bicicletas, se estaba celebrando el III Open Mtb Puerta de la Alpujarra, así que sin hacer ese alto en el camino proseguimos hacia Órgiva, para antes de entrar en sus calles girar hacia la montaña y dejarnos llevar por la A-4132 hacia lo que podríamos considerar el fiel exponente de la arquitectura de La Alpujarra, los pueblos que conforman el el Barranco de Poqueira: Pampaneira, Bubión y Capileira, el situado a mayor altitud de los tres (1436 metros).
Después de visitar estos pintorescos pueblos, continuamos por la A-4132 y atravesamos las localidades de Pitres, Pórtugos y Busquistar, antes de llegar a Trevélez y detenernos para reponer fuerzas.
Desde aquí hasta el inicio del Puerto de la Ragua, se van alternando los trazados sinuosos, pequeñas carreteras con curvas de 180º, tramos rectos impropios del lugar y todo tipo de calzadas que me permiten ir descubriendo y adaptarme a la conducción de esta máquina casi perfecta, que algunos la han bautizado con el nombre de "LA MOTO".
La Bella y La Bestia en una fusión perfecta. |
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Subida y Puerto de la Ragua |
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Bajada del puerto y Castillo de La Calahorra |
Embalse de Francisco Abellán. |
Desde donde cogimos un pequeño tramo de la A-92 dirección Granada, abandonándolo poco después para pasar por Lopera e ir dejando a nuestra derecha el Embalse de Francisco Abellán que nos conduciría hasta La Peza, desde la que cogemos la GR-3201 que nos irá subiendo poco a poco hacia Quentar, su embalse y finalmente nos hace coronar el suave Puerto de los Blancares (1297 metros de altitud) para ir descendiendo poco a poco hacia la localidad de Los Pinillos, antesala de la subida a Sierra Nevada.
Sierra Nevada |
La tranquilidad de la casa rural de El Molino del Puente nos esperaba, hoy había sido otra dura jornada sobre dos ruedas y bien nos merecíamos ya un descanso.
Lunes 28 de marzo. Dúrcal-Pinto.
Todo llega a su fin y para nosotros estos fantásticos días por tierras andaluzas comenzaban a expirar, por delante teníamos 428 Km por lo que debía de haber sido una relajante autovía. Nada que ver con la realidad, pese a que el regreso de estas vacaciones de Semana Santa lo hubiéramos dejado para el lunes, pensando que no nos encontraríamos a casi nadie por la carretera.
Nada más pasar Granada la carretera comenzó a mostrarse muy lenta, con una gran cantidad de tráfico, que se fue incrementando conforme nos íbamos aproximando a Jaén, teniendo que parar en más de una ocasión y esto siguió así hasta llegar a Bailen, donde un accidente mantenía la carretera parada.
Despeñaperrros mostraba la misma situación, así que aprovechamos una salida hacia la antigua N-IV y pudimos disfrutar de algo de movimiento y unas curvas que no estaban previstas en el guión de este viaje que nos llevaron hasta Casa Pepe, donde hicimos un alto en el camino.
Los restantes 225 Km los hicimos acompañados de un peculiar personaje, el Inglés, como así nos dijo que le llamaban, que venía desde Algeciras y tenía que llegar hasta Tárrega (Lerida), montado sobre una ya muy tocada Honda Pan Europea. Nos despedimos de él a la altura de Seseña, a él aún le quedaba por sufrir más de una parón en la carretera, a nosotros ya sólo nos esperaba una ducha relajante y pensar en el siguiente viaje.
Lunes 28 de marzo. Dúrcal-Pinto.
Todo llega a su fin y para nosotros estos fantásticos días por tierras andaluzas comenzaban a expirar, por delante teníamos 428 Km por lo que debía de haber sido una relajante autovía. Nada que ver con la realidad, pese a que el regreso de estas vacaciones de Semana Santa lo hubiéramos dejado para el lunes, pensando que no nos encontraríamos a casi nadie por la carretera.
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Casa Pepe. |
Los restantes 225 Km los hicimos acompañados de un peculiar personaje, el Inglés, como así nos dijo que le llamaban, que venía desde Algeciras y tenía que llegar hasta Tárrega (Lerida), montado sobre una ya muy tocada Honda Pan Europea. Nos despedimos de él a la altura de Seseña, a él aún le quedaba por sufrir más de una parón en la carretera, a nosotros ya sólo nos esperaba una ducha relajante y pensar en el siguiente viaje.