sábado, 15 de octubre de 2016

De las Batuecas a la Sierra de Gredos

Hacía más de seis años que no me dejaba caer por las bellas tierras salmantinas, y si unimos ésto a que nunca lo había hecho en moto, a las escasas dos horas y media que nos separan de su capital, a sus bellos pueblos y mejor gastronomía, ya iba siendo hora de subirnos a la moto y dejarnos perder por sus carreteras.
Completamos este fin de semana con un recorrido espectacular por las carreteras de la Sierra de Gredos, esta vez el regreso si que estuvo plagado de curvas, nada de camino rápido y para casa...

Viernes 7 de octubre. Pinto-Salamanca (235 Km.)
Como otros viernes de ruta, poco después de las cuatro de la tarde nos encontrábamos en la carretera, M-50 hasta la N-VI, túnel de Guadarrama hasta San Rafael y desde aquí una más divertida N-VI huyendo de la autopista hasta Sanchidrian, donde tomamos la CL-507. Cuidado con esta carretera, limitada a 90Km/h, en la que si te descuidas, y en ocasiones lo harás, te puedes llevar un buen susto en forma de trípode negro sobre la carretera, junto a vehículo camuflado ávido de inmortalizar ese momento.
Pues bien, he de reconocerlo, con el susto en el cuerpo, seguimos la marcha de forma más calmada hacia la ciudad que tuvo el privilegio de contar con la universidad más antigua de España.
A nuestra derecha, el rio Tormes nos recibe, la catedral al frente, nos da la bienvenida.
Antes de anochecer, nos encontrábamos en el corazón de la ciudad, su plaza mayor, que pese a ser uno de los monumentos menos longevo de su casco histórico, es de una belleza singular, con sus 88 arcos de medio punto, entre los que se alternan medallones esculpidos que representan a personajes ilustres de la historia de España, como peculiaridad decir que el de Felipe V aparece representado 3 veces, una por autorizar la construcción de la plaza y otra por cada uno de sus dos reinos; 477 balcones (tengo que reconocer que no me paré a contarlos), y muchas otras peculiaridades, como su reloj, lugar que habitualmente utilizan los salmantinos para citarse, "debajo del reloj".
Salamanca
Cualquier calle adyacente a la plaza mayor es ideal para perderse y dejarse transportar en el tiempo varios siglos atrás mientras se contemplan sus maravillas arquitectónicas, pero más allá de la antigua Universidad y su rana, la Catedral, su Casa de las Conchas, o las mezclas de románico, renacimiento, gótico y plateresco también están sus tapas; y es que Salamanca es una ciudad para tapear.

Sábado 8 de octubre. Salamanca-Candelario(206 Km.)
Poco a poco nos vamos alejando por la CL-512 de la ciudad de Salamanca, a medida que nos vamos acercando a las extensas dehesas y llanuras previas de las Batuecas.
La carretera hacia Vecinos, es una larga recta que nuestra vista no logra ver en toda su extensión, no debemos confundirnos, esto nada tiene que ver con las reviradas curvas que nos esperan.
CL-512 dirección Vecinos
En Vecinos tomamos la SA-205, una prolongación de la anterior, tanto en su trazado como en su entorno; encinas, alcornoques y terneros son los testigos de nuestro paso por esta carretera casi desierta.
Casi 50 kilómetros trazados con escuadra y cartabón hasta llegar a Linares de Riofrío, donde el trazado de la carretera se empieza a emborronar y a dibujar pequeñas curvas, antesala de lo que nos espera al llegar a San Esteban de la Sierra, donde el entorno empieza a ser más agreste y montañoso.
Miranda del Castañar
Miranda del Castañar es el primer destino del recorrido de hoy, situada en el corazón de la Peña de Francia. Su paisaje urbano es un conjunto de aire medieval compuesto por construcciones populares de manpostería y madera, típicas de la sierra de Salamanca, y casas blasonadas en piedra de sillería.
La villa cuenta con otros monumentos de interés, como su antigua muralla y sus cuatros puertas. Destaca también el entorno formado por su castillo, fechado en el siglo XV y la plaza de Armas. También cabe mencionar la Torre de las Campanas del siglo XVII, situada en la plaza de la Iglesia.
Mogarraz
A escasos 8 kilómetros por una sinuosa SA-225 nos presentamos en un pueblo distinto a lo habitual, Mogarraz, uno de los tres pueblos de la provincia de Salamanca que tiene el privilegio y honor de formar parte de la red de los pueblos más bonitos de España.
Lo primero que te llamará la atención al adentrarte en sus calles es su arquitectura de tramonera y piedra, perfectamente conservada hasta nuestros días; tampoco pasará inadvertida la decoración de casi todas sus fachadas, en las que cuelgan retratos realizados sobre soportes de chapa, en las que el artista local Florencio Maillo, ha resucitado el rostro de 388 vecinos que fueron retratados para que tuviesen la foto-carné necesaria para sacarse el documento nacional de identidad allá por 1967.
El resto de la localidad guarda un gran parecido con sus pueblos vecinos, y en cualquiera de sus rincones te podrás topar con "Antón", un cerdo que se mueve a sus anchas por las calles, comiendo lo que los vecinos le dan y durmiendo a la sombra de cualquier puerta.
Antón
Nuestro camino sigue por los pueblos de la Sierra de Francia y aunque no nos detenemos en San Martín del Castañar, no podemos dejar de observar desde la carretera la similitud con los pueblos ya visitados. Nuestro siguiente objetivo, la Peña de Francia, nos espera.
Peña de Francia
La SA-203 es la carretera que nos hará coronar su cima, la subida es enrevesada por una carretera que se abre paso entre unos árboles que no nos dejan ver la majestuosidad de la peña. Conforme vamos ascendiendo, la vegetación empieza a desaparecer y comenzamos a vislumbrar las impresionantes vistas que nos ofrece el ascenso.
Después de visitar la Capilla de la Peña de Francia, construida en el siglo XVII sobre la cueva donde fue hallada la imagen de la Virgen;  el mirador circular, desde el que se pueden divisar algunos pueblos de la región; el Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia (el santuario mariano a mayor altitud del mundo) y disfrutar de las impresionantes vistas, no nos quedaba más remedio que disfrutar esta vez de la más que aceptable comida de la Hospedería de la Peña de Francia, al lado de un grupo de seis BMWteros que al igual que nosotros, habían pensado que tan espectacular sitio, se merecía un alto gastronómico.
Despidiéndonos de la Peña de Francia

Volvemos tras nuestros pasos y descendemos la carretera que nos llevó hasta la Peña de Francia, tomamos la SA-201 y en unas pocas curvas nos encontramos en La Alberca, sin duda una de los pueblos más representativos de la Sierra de Francia, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1940, primer pueblo español en lograr tal distinción y del que no debes irte sin perderte por sus calles, algunas de ellas aromatizadas con el olor del buen jamón de la zona, visitar su iglesia del siglo XVII, en la que destaca un púlpito de granito policromado del siglo XVI; y como no, contemplar detenidamente su Plaza Mayor, eje principal de la localidad y desde donde salen casi todas sus calles.

Siguiendo por la SA-201 pronto nos encontramos con un vertiginoso descenso aderezado con ocho curvas de herradura; la zona de las Hurdes y el pueblo de las Mestas, ya en la provincia de Cáceres, nos ven pasar; pero como aquel turista que quiere pasar inadvertido, no nos alejamos de la provincia de Salamanca más de lo preciso y a la altura de Riomalo de Abajo termina nuestra aventura cacereña.
La carretera se vuelve a convertir en SA-225 hasta Sotoserrano, donde giramos a la derecha y nos dejamos llevar hacia Colmenar de Montemayor, pero nuestra mirada ya está puesta en divisar pronto Béjar, no nos queda más de una hora de luz y queremos llegar a nuestro destino final de la etapa de hoy, Candelario.
Intentando entrar por las calles de
Candelario
Candelario es el típico pueblo de montaña (se encuentra a tan solo 21 kilómetros de la estación de esquí de La Covatilla), que conserva el encanto y particularidades que le hacen diferente de otros pueblos similares; sus batipuertas, existentes en la entrada de casi todas sus casas y cuyo origen parece ser que era para permitir la entrada de luz pero a la vez impedir la entrada de los animales, así como en época de matanza proteger al matarife de las posibles cornadas de las reses; sus regaderas, canales de agua que discurren por todas las calles de la Villa y que parten de una principal, la regadera del pueblo.

Domingo 9 de octubre. Candelario-Pinto(333Km.)
El día amanece soleado y pese al fresquito mañanero, la carretera DSA-181 que nos saca de la localidad, quizá por su lado menos convencional, nos produce una sensación muy agradable, mientras que nos lleva entre una frondosa vegetación hasta la localidad de Navacarros, donde ya cogemos la SA-100, manteniendo esta identificación durante unos pocos kilómetros, para convertirse en AV-100 hasta que divisamos el castillo de El Barco de Ávila.

Castillo de El Barco de Ávila

Sin postrarnos ante sus puertas y ni siquiera atravesar su río Tormes, continuamos por la N-110 hacia Tornavacas, o lo que es lo mismo, su puerto, que se encuentra entre la provincia de Ávila y de Cáceres, aunque desde Ávila casi ni te enteras cuando llegas a él, es a partir de este momento, hacia Cáceres cuando la carretera, unos 7 km empieza a ganar en enteros; después vendrá Jerte y su valle, Cabezuela del Valle, donde cruzamos al margen izquierdo del río Tormes,  Navaconcejo y desde aquí poco más de 9 km para girar a la izquierda tomando la CC-17.5, la carretera 
 vuelve a ponerse divertida, muchas curvas en ascenso antes de llegar a Valdastillas, y ya continuará así hasta Piornal, no es de extrañar que este pueblo sea el que se encuentra a mayor altitud de Extremadura.
Hacia Garganta de la Olla
Como es normal, desde aquí todo es descenso, y así nos lanzamos por una carretera bastante entretenida, llena de curvas, gravilla y alguna que otra rama seca, todo esto aderezado dentro de un entorno espectacular.
A un paso de la Garganta de la Olla nos encontramos con el Monasterio de Yuste, uno de los Monasterios más conocidos de España por su vinculación histórica con los últimos años de vida de Carlos I de España y V de Alemania, pese a ello, aún sigue siendo una asignatura pendiente  su visita; junto a él, otra asignatura pendiente, el cementerio alemán de Yuste, donde se encuentran enterrados casi 200 soldados alemanes, que fueron encontrados en territorio español durante la I y II Guerras Mundiales.
Losar de la Vera
La EX-203 nos va llevando por todos los pueblos de La Vera, Aldeanueva, Jarandilla, Losar (con sus setos tan espectaculares a uno y otro lado de la carretera), Talaveruela, Valverde, Villanueva y Madrigal, donde cogemos la CL-501 para llegar a Ramacastañas, punto desde el que podíamos haber ido hacia el Puerto del Pico o el de Serranillos, pero al final optamos por algo más relajado y que se ha convertido en un clásico en nuestras salidas por la zona de Ávila, tirar hacia Piedralaves, o lo que para nosotros es lo mismo, La Bodeguilla, lugar con un encanto especial junto a la garganta del Nuño Cojo y de la que no te deberías de ir sin probar sus croquetas caseras y sus exquisitas patatas revolconas.


Después de saborear tan singulares manjares, vuelta a la moto y casi poniendo el automático tomamos dirección hacia San Martín de Valdeiglesias y ya sin ganas de muchas más curvas, ponemos dirección hacia la M-50, volvemos a casa.