miércoles, 27 de julio de 2016

Asturias y bautizo motero.

Era mi primera incursión por tierras asturianas; cansado estaba ya de escuchar tantas maravillas sobre aquellos lugares en los que se fusionaban a la perfección tierra y mar, y ya iba siendo hora de comprobarlo. En esta ocasión, iba a ir acompañado por mi hijo, su viaje más largo en moto había sido, quiero recordar, un Valdemoro-Toledo-Valdemoro, ahí es ná... si superaba la prueba de hacer más de 1700 kilómetros en casi cinco días, creo que bien se podría ganar el título de motero.


Lunes 18 de julio. Valdemoro (Madrid)- Gijón.
Pocos minutos después de las nueve de la mañana iniciábamos este nuevo viaje, por delante teníamos cerca de 515 kilómetros que habían sido planificados huyendo al máximo de autopistas, así que nada más llegar a San Rarael, dejamos la AP-6 y tomamos la N-603 con dirección a Segovia.
Antes de llegar a la ciudad del acueducto, hicimos nuestra primera parada. Como ya había dicho, era el primer viaje de mi hijo Carlos y había que ir comprobando que tal era su adaptación a la moto, al casco y a los pantalones de verano que estrenábamos en el viaje.
Primera parada técnica.
Bordeamos Segovia y tomamos la A-601 con dirección a Valladolid, la cual no dejamos hasta llegar a León.
Aquí el navegador nos jugó una mala pasada, una de las buenas recomendaciones que había recibido antes de iniciar el viaje era no dejar de pasar por el Puerto de Pajares, pues bien, no se si fue por una mala planificación de la ruta (lo más seguro) o por algún extraño enigma de la informática, el navegador se empeñó por intentar llevarnos por la AP-66 y de hecho estuvimos a las puertas de introducirnos en ella, pero tras hacer caso omiso al navegador y volver a deshacer el camino recorrido, conseguimos coger la N-630 que nos haría coronar el referido puerto, Asturias empezaba a mostrarse...

Puerto de Pajares

Nuestro destino distaba menos de una hora de distancia, solo nos quedaba empezar a disfrutar del paisaje asturiano y comprobar que es un tópico el pensar que en Asturias, incluso en verano, hace fresquito; en la bajada del puerto y antes de coger la A-66 llegamos a sufrir 40º  de calor intenso.
Antes de las dos y media nos encontrábamos sacando las cosas de la moto y tras alojarnos y tomar una ducha, nos dirigimos a reponer fuerzas, el azar quiso que fuéramos a parar a la Sidrería Casa Julio, en otro momento ya tendré oportunidad de comentar algo sobre este sitio.

Como la temperatura se prestaba a ello, después de una pequeña siesta, nos dirigimos a una de las dos playas que se pueden disfrutar de Gijón, en nuestro caso la de Poniente, pensaba que una playa así sólo se podía ver en el levante, a duras penas, nos hicimos un pequeño hueco donde poder poner nuestras toallas.


Martes 19 de julio. Lastres, Museo del Jurásico e interior oriental.
El tiempo parece que se ha vuelto loco estos días en Asturias, las previsiones para hoy están por encima de los 30º y la mañana nos recibe con un sol intenso.

Tras los sabios consejos de los foreros de BMWMOTOS, para hoy había intentado diseñar una ruta que compaginase mar e interior, pasando por el Museo del Jurásico de Asturias, así que dicho y hecho, tras recorrer la Ciudad Universitaria de Gijón (cosas del navegador) nos adentramos en la N-632 hasta Castiello de Lué donde tomamos la AS-257 hasta Lastres, localidad donde se rodó una famosa serie " Doctor Mateo"
Puerto de Lastres
Muy cerca de Lastres quedaba nuestro siguiente destino, el Museo del  Jurásico de Asturias (MUJA),
singular sitio que, bajo la forma de una gran huella de tridáctila de dinosaurio, muestra la evolución de la vida en la Tierra desde sus orígenes hasta la llegada del hombre, haciendo especial hincapié en la Era de los Dinosaurios y que no te deberías de perder si vas acompañado de los más pequeños de la casa.
El interior del museo, con una estructura de madera, simula las costillas de los dinosaurios. Además el entorno del edificio dispone de zonas de juegos infantiles, jardines que permiten el paseo entre réplicas de dinosaurios y el café del MUJA.
Los miércoles la entrada es gratuita, los demás días desde 7,25 €.

Desde aquí nos dirigimos a Colunga, volviendo a coger la N-632 hasta El Barrigón, donde nos adentramos en la AS-260 para ir alejándonos poco a poco de la costa, por una carretera sinuosa y de firme irregular en la que la vegetación va ganando terreno al asfalto conforme vamos ascendiendo hasta uno de los puntos más famosos de la Sierra del Suave, el Mirador del Fito.
Carlos haciendo una panorámica desde el Mirador del Fito

Sobre unos 1100 metros sobre el nivel del mar, lo primer que nos llama la atención es el propio mirador, con su forma de ovni, de pequeño tamaño, del que parece que hubiesen descendido hace un tiempo varios alienígenas y se hubieran olvidado la escalera. Fue inaugurado en 1927 para que los turistas pudiesen disfrutar de unas vistas de 360º sin el obstáculo visual de los árboles.

Nada más abandonar el Mirador del Fito nos encontramos con esta veraniega estampa.
Qué calor que se pasa en moto...!
La AS-260 nos lleva hasta Arriondas, donde enlazamos con la N.634 hasta llegar a Infiesto, para aquí
coger la AS-255. Es bueno recordar en este punto, el tener una correcta configuración del navegador, la cual debe de coincidir con el programa que utilicemos para confeccionar las rutas (en mi caso BaseCamp); dicho lo cual, tengo que decir que yo cumplo esa premisa y uno de los parámetros que tengo activos es el de poder ir por carreteras sin asfaltar, creo que esto lo tendré que revisar para próximas rutas, llegó un momento que no sabíamos muy bien como íbamos a salir de ese lugar por el que nos había metido el navegador o si en el mejor de los casos, llegaríamos a algún lugar en el que la RT pudiese salir airosa.
Después de este pequeño desvío, por estas carreteras que el navegador cataloga como sin asfaltar, conseguimos llegar a carretera firme y seguimos avanzando por la AS-255 hasta llegar a Villavisiosa, lugar que habíamos puesto como punto de mira para comer. No recuerdo el nombre del sitio donde comimos, pero sí puedo asegurar que tanto su comida y como su precio, estuvieron acorde con lo esperado en Asturias.

Lo de la derecha es café con hielo.

De nuevo en la moto, seguimos atravesando pequeños pueblecitos que nos van guiando hacia Pola de Siero, localidad que nos pondrá a las puertas de la AS-1 (autovía minera) para que en unos escasos 15 minutos nos encontremos de nuevo en nuestro origen y destino de la ruta.
La jornada de hoy finalizó con una pequeña estancia, nuevamente, en la playa de poniente y cena a base de cachopo en la zona de Cimadevilla.


Miércoles 20 de julio. Costa occidental.
Como la noche anterior había visto las previsiones del tiempo y no pintaban nada bien para el jueves, decidí cambiar la ruta programada para ese día y pasarla para el miércoles.
Hoy íbamos hacer lo que había programado como la ruta de la costa occidental.
A pocos kilómetros de Gijón y siguiendo la AS-118 llegamos a la villa de Candás, capital del concejo de Carreño, sin apenas perder de vista la línea de mar, nos dejamos ir por la AS-239 hasta la villa de Luanco, donde hicimos la primera parada técnica.


Vista de la playa y puerto de Luanco
Cerca de Luanco se encuentra Cabo de Peñas, que es el cabo más septentrional del Principado de Asturias (más al norte imposible), en este espacio natural protegido se encuentra el Faro del Cabo de Peñas, que es el más importante y el de mayor alcance del litoral asturiano, datando de 1852.
Vistas desde Cabo de Peñas
El faro alberga un pequeño museo sobre temas marinos en la parte baja del edificio, si bien, el precio de su visita, pese a lo simbólico del mismo, no debe de hacerte perder el tiempo que vas a poder dedicar a contemplar las magníficas vistas que te ofrece su acantilado vertiginoso.
Si tienes la ocasión de llegar a la hora de la puesta de sol, podrás deleitarte tomándote algo en el pequeño bar que hay en el lugar.
Después de disfrutar de las vistas de tan espectacular paraje, la AS-328 nos condujo hasta las puertas del puente Azud, que une la ciudad de Avilés con la margen derecha de su ría y la carretera de Gozón.

A pocas curvas de distancia, tras atravesar el río Nalón por la N-362 llegamos a la localidad de Cudillero, catalogado como uno de los pueblos más bonitos del norte de España.
Al fondo Cudillero
Continuamos nuestra marcha hacia el oeste y a poco más de 35 kilómetros nos encontramos con Luarca.
Luarca

El regreso por el interior, no nos deja indiferentes, la N-634 parece querer ir de la mano de cualquiera de los ríos que la acompañan en su recorrido, el Esva, el Orio, de Lavio..., el paisaje es verde, muy verde y la vegetación a ambos lados de la carretera extienden sus manos como queriendo enlazarse.
Trabajos de limpieza en la calzada.
Pese al poco tráfico que nos encontrábamos, sobre todo en las carreteras del interior, en algún que otro tramo tuvimos que ser pacientes con más de una "lata".
Un compañero de tramo...
Hoy la temperatura ya se mostraba más acorde con la climatología asturiana, así que cuando llegamos a Gijón, aprovechamos la tarde para descansar un poco, los casi 240 kilómetros de diversión se hacían notar en el cuerpo.


Jueves 21 de julio. Interior occidental.
Hoy las previsiones eran de lluvia, por lo que no había puesto ni el despertador, así que sin mucha prisa y viendo que parecía que el tiempo nos iba a dar una tregua nos pusimos en marcha, no sin antes habernos puesto el traje de agua, cosa que se agradece cuando vas con traje de verano y las temperaturas están en torno a los 15º.
Nuestro destino de hoy era el interior occidental asturiano. Si Asturias es verde, hoy era el día que íbamos a encontrar el verde más intenso que podíamos imaginar.
El inicio de la ruta podríamos decir que era la localidad de Trubia, así que cogimos la AS-228, carretera que une esta localidad con el Puerto de Ventana, pasando por las localidades de San Andrés, Proaza, Caranga y Teverga; localidades éstas, famosas por discurrir entre sus términos "La Senda del Oso", antigua vía de ferrocarril minero que unía Treverga y Quirós, atravesando 3 desfiladeros, 7 puentes y más de 30 túneles, y que en la actualidad se transita o bien en bici o haciendo senderismo.
Senda del Oso

La subida a el Puerto de Ventana, estuvo continuamente amenazada por el agua y en alguna ocasión las nubes nos acompañaron en la ascensión.

Aunque no solo fueron estas las únicas sorpresas que nos encontramos...
Fotógrafo con trípode en mitad de la carretera.


Y por fin y sin haber caído ni una gota, pudimos coronar el Puerto de Ventana, el sol volvía a ser nuestro compañero de viaje conforme entrábamos en la provincia de León.
Motero victorioso al coronar la cima.
Entrada a Cangas del Narcea
Siguiendo la CL-623 seguimos rodando unos cuantos kilómetros por León, hasta que cogimos la revirada LE-497 que nos llevaría de vuelta a Asturias, tras coronar esta vez el Puerto de Leitariegos.
Si el ascenso al puerto estuvo bien, nada que objetar a su descenso ya por tierras asturianas, la carretera AS-213 espectacular, buen asfalto y unas vistas que en ocasiones hacían quitarte el hipo, el perfil que marcaba el navegador en ocasiones parecía imposible de realizar.
Tras el descenso la carretera se presenta sinuosa con continuas subidas y bajadas, pasando por la Central Térmica del Narcea y finalizando en Cangas del Narcea, donde aprovechamos para hacer una parada y comer.
Salimos de Cangas del Narcea por la AS-15 dirección a Grado, pero antes de llegar a este punto pudimos disfrutar de la compañía del Río Narcea, el cual alcanza su máxima expresión por la localidad de Soto de la Barca, donde se encuentra el Embalse de la Barca.
AS-15 y Río Narcea
Cuando llegamos a Grado, nos desviamos de la ruta prevista en el navegador y pusimos rumbo a San Román, pequeña parroquia del concejo de Piloña, en la que se encontraba pasando sus vacaciones Julian, un  amigo motero-padelero. Desde aquí ya pusimos rumbo a Gijón por la A-8, dando por bueno el recorrido hasta ese momento realizado, ya no hacían falta más curvas por hoy.

Sidrería Casa Julio.
Era nuestra última noche en Gijón y me apetecía tomarme una sidra sin tener que coger la moto, así que recordamos la primera sidrería en la que comimos el día que llegamos y a ella que nos fuimos.
Tras ojear la carta y decidir qué era lo que íbamos a pedir para cenar, mi bebida ya la tenía decidida, se lo comuniqué al camarero: unas costillas de churrasco, una brocheta mixta y unas patatas con cabrales. Su respuesta fue la siguiente: ¿Cúantas personas más van a venir a cenar? Me quedé un poco perplejo y antes de que pudiera decirle que íbamos a ser solo los dos, me dijo: "Esto no es Madrid, empezar con las costillas y las patatas, y si eso... luego vamos hablando".
Nada de lo que nos pusieron en la mesa llegó a terminarse.





Viernes 22 de julio. Cangas de Onís, Covadonga, Picos de Europa y Palencia.
Hoy las previsiones del tiempo nos auguraban un día pasado por agua, pero sorprendentemente, cuando bajamos a desayunar, no había ni una sola gota de agua en el suelo. Todo cambió cuando volvimos a bajar, la moto estaba ya perfectamente empapada de agua. Trajes de agua y a rodar...
Hoy la ruta, podría decirse que comenzaba en Cangas de Onís, así que sin perder mucho tiempo y mirando tanto al frente como al cielo, cogimos la Autovía Minera (AS-1) hasta enlazar con la A-64, un poco de autovía no venía nada mal bajo la amenaza de una lluvia inminente. Poco después tomamos una saturada N-634 que nos iba acercando poco a poco hasta Arriondas, localidad en la que se concentran numerosas empresas de multiaventura, principalmente orientadas a realizar descensos por el Río Sella.
Desde este punto, cogimos la N-625 y de la misma forma que parecía que el agua nos da un respiro, la carretera se conviertía en un continuo peregrinar hacia Cangas de Onís.
Puente romano de Cangas de Onís.
Ya en Cangas de Onís, no podemos resistirnos a inmortalizar ese momento junto a su famoso y mal llamado puente romano, ya que este puente construido sobre el río Sella y que separa los concejos de Cangas de Onís y Parrés (perteneciendo por tanto, la mitad a cada concejo), es de construcción medieval, si bien podría tratarse de una reconstrucción de otro anterior de origen romano, aunque no hay prueba alguna de ello. Declarado Monumento Histórico Artístico, de su arco central cuelga una reproducción de la Cruz de la Victoria, cruz latina que fue donada por Alfonso III el Magno, Rey de Asturias en el año 908 a la Catedral de San Salvador de Oviedo. Siendo el principal signo representativo del Principado de Asturias.
Desde aquí ponemos rumbo a Covadonda, circulamos por una carretera de curvas sinuosas que discurren por un paisaje montañoso cubierto de interminables y frondosos bosques que parecen salidos de un cuento y entre ellos, en plena naturaleza, se levanta la Basílica de Covadonga.
Covadonga.
Por las inmediaciones os encontraréis distintos aparcamientos, pero con la moto podrás subir hasta las mismas puertas de la Basílica, eso si, con mucho cuidado, la subida tiene una pendiente considerable y está llena de gente. Una vez aparcada la moto podrás disfrutar de un entorno fascinante y espiritual a la vez, la Basílica, la estatua de Don Pelayo y la Santa Cueva.
Es una pena, y lo tendré que dejar para otra ocasión, como muchos otros lugares no visitados en esta ruta, pero no pudimos subir a los lagos, lo intentamos con la moto, pero recibimos un no rotundo.

Continuamos la ruta, volvemos sobre nuestros pasos (ruedas) a Cangas de Onís y avanzamos por la N-625 hasta que nos topamos con el Desfiladero de los Beyos, paraje que erosionado por el Río Sella con una longitud de unos 20 kilómetros. Durante todo el recorrido se impone la verticalidad de las peñas, con unas paredes cerradas que apenas dejan un pequeño espacio por el que discurre el río y la sinuosa N-625. Dejado atrás el desfiladero llegamos al Puerto del Pontón, ya en la provincia de León, no es que se trate de un puerto muy exigente, su cota máxima está en los 1280, pero me sorprendió mucho ver como, un grupo de intrépidas ciclistas, se retorcían entre los pedales de sus bicis y trazaban esas curvas que aveces parecen imposibles sobre la moto. Nada más coronar el puerto, abandonamos la N-625 y cogemos una muy desgastada y parcheada LE-2711 que nos llevaría hasta el Puerto de Panderrueda.
De aquí nos dirigimos a Posada de Valdeón (cerca de Caín, aldea donde comienza la Ruta del Cares) pequeño municipio de la provincia de León enclavado entre los macizos occidental y central de los Picos de Europa, por lo que se le conoce como el corazón de los Picos de Europa y donde aprovechamos para comer.
Y estas no eran de Asturias.

En lo que podría ser la plaza del pueblo encontramos dos bares, queríamos comer algo rápido en la terraza de uno de ellos, pero nos dijeron que para comer había que rodear el bar e ir al restaurante, todo un acierto, su nombre El Desván.

Nada más salir de comer no presagiamos nada bueno, el tiempo había cambiado un poco y nuevamente amenazaba lluvia.
La cosa no pintaba nada bien...

LE-2703

La LE-2703 nos hizo ascender el Puerto de Pandetrave (1562 m.), tanto la subida como la bajada hay que realizarla con cierto cuidado, la carretera se encuentra en bastante mal estado, con un asfalto que hace años que está pidiendo a gritos un repaso.
Continuando la carretera nos acercamos a Portilla de la Reina, donde las N-621 nos va haciendo descender poco a poco por una carretera que, si bien no destaca por sus curvas, conforme se va acercando a Riaño, nos conquista por la belleza de su entorno. Embalse de Riaño y Picos de Europa se fusionan en una pintoresca estampa.

Dejamos atrás Riaño y sin perder de vista el Río Esla, continuamos el camino hacia nuestro destino final, Palencia. La temperatura pronto nos hace ver que ya hemos dejado Asturias un tiempo y que el termómetro poco a poco va subiendo; no nos queda más remedio que parar y desprendernos del chubasquero que nos había acompañado desde Posada de Valdeón.
Crémenes (León). Foto sobre el puente que cruza el Río Esla.
Empalmando con la N-625 llegamos hasta Valdearcos (León), donde cogimos la A-231 hasta Carrión de los Codes (Palencia) y de aquí a Palencia por la CL-615.
Nuestro destino final, Valdemoro, se encontraba a tan solo a 275 Km de distancia, pero ya llevábamos hechos en el día unos 400 Km de subidas y bajadas y casi 10 horas de moto, así que decidimos que Palencia (primera vez que ponía mis pies en ella) era un buen destino para descansar y así poder afrontar esos 275 Km mucho más descansados al día siguiente.


Sábado 23 de julio. Palencia-Valdemoro.
Poco después de las 10 de la mañana, nos encontrábamos cargando de nuevo la moto para el que sería el destino final, tenía dos opciones para regresar a Valdemoro, o bien por la carretera de la Coruña o por la de Burgos, opté por esta segunda opción, así que cogimos dirección Aranda de Duero y de ahí carretera de Burgos hasta Valdemoro.

Y fin de un bonito viaje, no solo por lo espectacular de los sitios que hemos visto y disfrutado, si no por haber realizado el bautizo motero de mi hijo.

Enhorabuena Carlos, te lo has ganado.